Siete personas murieron, y otras 10 fueron heridas después de que un hombre atropelló a peatones con un camión de dos toneladas y después bajó a de él para apuñalar a los paseantes el domingo a plena luz del día en el distrito de Akihabara.
El atacante se llama Katō Tomohiro, quien al parecer vive en Susono, en la prefectura de Shizuoka. Cuando lo arrestaron, todavía estaba en la calle, con el cuchillo en la mano, un cuchillo de cacería de “apenas” 13 cm de largo, aparte del filo, claro. El asesino tenía apenas 25 años, y algunas fuentes lo identifican como un Akiba, lo que esperamos que genere una oleada de movimientos anti-otakus peor de los terribles asaltos y ataques que ya está sufriendo ésta parte de la población. Cabe destacar, de cualquier manera, que no hay absolutamente ninguna información que ligue sus aficiones a la localización de sus víctimas.
Katō-san declaró a la policía, “sólo vine a Akihabara a matar gente. Esoy cansado del mundo. Cualquiera está bien”. Algo muy parecido a lo que dijo hace siete años el asesino que entró a un Jardín de niños y mató si mal no recuerdo, a 11 infantes… no, les miento, ya lo chequé, fueron 8 niños muertos y 15 heridos del jardín Ikeda, en Osaka, en lo que hasa el momento ha sido la peor masacre en el país nipón. El tipo ése, Takuma Mamoru, fue ejecutado en el 2004 por ese asesinato. Pero las investigaciones que envuelven a Katō-san siguen.
Las víctimas son 6 hombres y una mujer. Seis de ellos apuñalados (bueno, acuchillados), dos de ellos atropellados aparte de eso. Además, 11 personas fueron llevadas al hospital después de la masacre, como ahora se le está llamando (Akihabara tōrima jiken). De éstos, ocho eran hombres y dos mujeres, el restante era varón, pero resultó sin heridas, solamente que en la confusión, como estaba lleno de sangre, se lo llevaron también.
De acuerdo a los testigos, un oficial de policía fue quien vió al atacante y corrió para ver a Katō-san con el cuchillo. Trató de desarmarlo con su PR-27 (la macana p’a que me entiendan), sin éxito; por lo que sacó su arma y apuntó a Katō-san, quien bajó el cuchillo.
Akihabara, como cada fin de semana, estaba llenísimo, y las calles cerradas para permitir el paso de los compradores.
Otro testigo dijo que, “El hombre saltó encima de un hombre al que había golpeado con su vehículo y lo acuchilló muchas veces. Entonces comenzó a moverse hacia la estación de Akihabara, hiriendo a la gente cercana al azar.” Cabe decir que todo esto ocurrió apenas a metros de distancia de la estación… imagínense si el policía no lo hubiera detenido… Otro testigo dijo que, “Parecía un accidente de tráfico, y de repente salió este hombre de un vehículo y empezó a atacar con un cuchillo.”
Hace poco les comenté de la ola de suicidios que estaban ocurriendo por allá. Y aunque suene mal decirlo, éste no es el primer incidente que ocurre tampoco de éste tipo… ha habido ataques similares en las últimas fechas. E g, en Enero 16, un chico de apenas 16 años atacó a cinco personas con un cuchillo de cocina, hiriendo a dos de ellas en un distrito comercial en Shinagawa. Luego, en Marzo, un hombre buscado por homicidio (al parecer, apuñaló a un hombre con un cuchillo a la entrada de un mall), atacó en Tsuchiura en la Prefectura de Ibaraki, dejando a ocho personas heridas, una de las cuales murió en el hospital. Pa’ fregarla de acabar, éste ataque en Akihabara ocurre exactamente en el aniversario del de Osaka, Junio 8 del 2001.
El día de hoy se congregaron miles de personas en la esquina donde fue la masacre para dejar diferentes ofrendas para los caídos y orar por sus almas. Se han dejado mangas, dakimakuras, flores, dibujos y otros mementos. Y la última actualización del caso nos dice que Katō-san dejó mensajes en un foro, avisando de la matanza. donde describe hasta con detalles lo que iba a hacer. Los compañeros de instituto de uno de los victimados están enojados y consternados por todo esto. Sin embargo, en una sociedad donde el nivel de estrés es inmenso, éste tipo de cosas va a continuar sucediendo… especialmente en los grupos donde la mentalidad grupal avasalla a la individual, dejando a la gente sin poder hablar con alguien en serio, solamente con parte de algo sin dejarles ser ellos mismos.
hubo señales de alarma antes de los ataques, aunque nada que dijera que sería un psicótico funcional a punto de tener un quiebre… pérdida del locus de control interno, accesos de furia incontrolable, paranoia… lo siento, me perdí en mi zonzera psicológica, perdónenme.
A lo que me refiero, es que Katō-san, trabajaba en una fábrica de autopartes como trabajador temporal (ya les he hablado en la serie de los artículos de los Host Clubes en la vida real, cómo algunas personas llegan a vivir en pésimas condiciones por la falta de dinero), y la semana pasada, empezó a gritar porque no estaba el uniforme en su casillero, y se fué corriendo… jamás regresó a su trabajo.
Éste tipo de cosas ocurren en cualquier lugar, es cierto, pero hasta ahora, la sociedad que se destacaba por éste tipo de incidentes era principalmente la estadounidense. Sin embargo, el estrés de las nuevas situaciones que viven los japoneses puede contribuír a que el país con la tasa más alta de suicidio infantil siga desarrolando problemas sociales como éstos.
