Organizar, esa palabra tan pequeña está llena de mucho esfuerzo y dedicación. La clave de cualquier éxito en la vida es la organización y la del desexito lo es lo contrario. Creer que uno lo sabe todo a la hora de organizar, es vivir en un mundo de sueños e ilusiones. “Lo único que sé es que no sé nada”, la vida te da sorpresas y por más preparado que estés para algo es casi imposible estarlo para todo. Planear durante horas y meses cualquier actividad no es una tarea sencilla, pero quien emprenda tal empresa es consciente de eso e igual toma el riesgo, porque el que no arriesga no gana. Pero igual quien mucho arriesga puede perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos.
Ya ha pasado algún tiempo después del Kamen, el asunto incluso para algunos es una historia del pasado. En la red puedes encontrar las impresiones de quienes decidieron estar en ese evento y lo que pensaron del mismo.
Me he tomado el tiempo para leer la mayor cantidad posible de opiniones expresadas por quienes al parecer salieron defraudados de un evento que mucho prometía pero poco ofreció. El resumen de todo es que el evento fue un desexito total, un castillo de arena, una ilusión opioide de quienes creyeron estar bien, pero no lo estaban. Para este servidor, era la crónica de una muerte anunciada. El pensar si quiera en la posibilidad de éxito por parte de esa actividad era imposible, por lo menos lo era para mí y el tiempo me dio la razón. Las nubes en el cielo del futuro anunciaban en ese momento un desdén increíble, la situación actual de la economía de quienes debían participar era y seguirá siendo igual. Siempre lo he dicho, LOS OTAKUS DE COSTA RICA SON POBRES. Los organizadores apostaron a lo novedoso, pero a veces innovar no siempre será una evolución productiva, decidieron valerse de su fama, de su prestigio ganado. Pero que ciegos, caballeros, su prestigio se a erosionado con el pasar del tiempo y NUNCA se dieron cuenta. La tinaja de la desgracia se seguía llenando poco a poco, atentando contra lo que pudo ser pero quedo en el camino. La separación de los otakus de su ya muy acostumbrado CENAC, fue otra estaca en el pecho para quienes anhelaban succionar el dinero de sus posibles clientes. Quizás este sea uno de los puntos que más contribuyo a la catástrofe. Más como siempre, existirán una y otras razones para desmentir o tratar de responder a estas y otras aseveraciones que usted encontrara en la red. El problema es… QUE A NADIE LE IMPORTAN. La frustración y el sentirse estafado no se subsanan con simples explicaciones o palabras vacías y carentes de sinceridad.
No obstante, como dije, hay que arriesgar. Las novedades propuestas por los organizadores aunque no eran de mi agrado, lograron en parte su cometido. Más que desgracia que fue lo único en lo que acertaron. Todo lo demás se fue por el caño de la desgracia y cayó al vertedero del fracaso.
Toda acción conlleva una reacción. Y la reacción no tardo en aparecer. La reacción se llama Cossplay Party. Nace como la promesa, se expone como la actividad redentora, la que dará lo que su predecesora no pudo. Es dentro de solo 7 días. Muchas personas lo están apoyando, algunas con deseos de mejorar otras por el simple despecho. Habrá que esperar.
Creer en el fin del Kamen, me parece ilusorio, sin embargo dormirse en los laureles de lo supuesto no conviene. El éxito y el fracaso son enemigos de uno y amigos de otros. El imperio ha caído, se ha estrellado contra su soberbia. No ha escuchado a su pueblo y ha sucumbido. Señores, recuerden que el pueblo nunca a de temer a su gobierno, sino el gobierno al pueblo. Hoy aparecen los resentidos y los que proponen. Tendrán su oportunidad, solo ellos saben si le podrán sacar provecho.
Nadie está haciendo leña del árbol caído, como dijo alguien, nadie derribo el árbol, pues se encontraba podrido y se derrumbo sobre su propio peso, yo solo recogí lo que quedo e hice una fogata de él.
